martes, 15 de enero de 2013

LOS ALEJADOS


Tal vez tu, que estés leyendo este articulo pienses que nunca podrá pasarte a ti.
Tal vez hallas nacido en el seno de una familia cristiana evangélica y tu infancia y juventud  estén arropados por la iglesia. Incluso es posible que ya te hayas bautizado y seas miembro activo de la congregación.
"Pero sed prudentes y manteneos despiertos, porque vuestro enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar." ( 1 Pedro 5:8)

 Estas preparados, cualquier día, el diablo, pondrá ante vosotros el cebo, un comentario o mofa que os haga sentir distintos, una persona agradable que te invita a salir,...
Y así un día dejarás de asistir a la iglesia para ir al cine con tus compañeros de clase entre los que se encuentra esa chica tan guapa, o ese chico tan simpático. Otro día será el botellón, un pub y otro una discoteca. Lo cierto es que, poco a poco, vas dando pasitos fuera de tu entorno.
Al principio mantendrás contacto con aquellas personas mas afines a ti dentro de la iglesia. No ocurrirá lo mismo con aquellos que te recuerden que te estas alejando y te comenten los riesgos de lo que estas haciendo. Pero poco a poco te irás alejando sin darte cuenta.
En esta primera fase, los días serán normales y experimentarás los primeros síntomas de olvido. Se te olvidarán las reuniones de la iglesia, se te olvidará dar gracias en la mesa, dejarás de orar con frecuencia... Y tan solo cuando llegues a casa, cuando el silencio de tu habitación deje hablar a tu conciencia, te acordarás de elevar una plegaria a Dios.
Creerás que con esa ridícula parcela Dios tiene bastante de tu vida y tu estarás en comunión con el. Pensarás que con pedir perdón por tus malos hábitos, por tus malos gestos y por tus olvidos, Dios, en su inmensa misericordia, te dejará un sitio a su lado y tu alma pasará la noche en paz. Pero muy pronto comenzarás a quedarte dormido antes de decir amen. Después recortarás tus oraciones para no quedarte dormido y siempre dejarás un lugar para pedir perdón.
Con el paso del tiempo tu vergüenza será más inmensa que tu fe y dejarás de orar a  Dios, consciente de tu falsedad y tu egoísmo.
Cuando esto esto ocurra estarás en la zona de NO RETORNO.
Será entonces cuando te dediques de pleno a explorar el mundo y buscar tu sitio en el. Te centrarás en tus estudios, después en tu profesión, en tus hobbys. Intentarás conocer a mucha gente, cuanto más tiempo estes acompañado menos echarás de menos a tus hermanos.
Te adentrarás en "una selva" donde la palabra amor solo tendrá un significado carnal. Conocerás de cerca todas las sensaciones que antes solo conocías de oídas: soberbia, intolerancia, egoísmo, lujuria, mentira, etc.  Si sabes combinarlas bien es posible que encuentres el camino al éxito personal, a la fama, a la riqueza material.
Lo único que aún te distinguirá del resto, de los que te rodean, será que en tu corazón aún se guardan parte de las escrituras, y que sabes que no estás el camino correcto. Aun así tu orgullo y tu vergüenza seguirán guiando tus pasos.
En esta etapa puedes pasar años mientras que la amnesia se apodera de tus recuerdos. De repente intentarás acordarte de un corito, de un salmo, de un pasaje bíblico... Y te darás cuenta que se te ha olvidado la música o la letra, que no recuerdas el número o el libro donde se encuentra. No sabrás que apóstol escribió ese párrafo.
No se cuando, pero un día, en otra ciudad, donde no te conozcan, serás tu quien abra la puerta de una iglesia. Esperarás a que haya comenzado el culto y ocuparás discretamente el último banco del local, el que esté más cerca de la salida.
Ese día escucharás la palabra de Dios y llorarás amargamente, agacharás tu cabeza para que no se vean tus lagrimas. Intentarás susurrar una oración y solo saldrá una palabra de tu boca: "perdóname".
Veras pasar ante ti el pan y el vino, y dejarás que pase, por que sabes que no eres digno de cogerlo. Y con la última oración saldrás corriendo para evitar que nadie sepa que eres "un alejado".
Los alejados tenemos una Biblia siempre en casa. Es posible que incluso este en nuestra habitación, pero nunca la abrimos para no recodar con frecuencia nuestro pasado.
Es posible que lo intentes la próxima semana. Hasta es posible que un día lleves tu Biblia ( pero cuidado que no se vea mucho) y creas que Dios ha escuchado tu suplica y ha salido corriendo en busca del hijo prodigo.
Ese día serás tan atrevido que, aún sabiendo que te verán participar del pan, cogerás tu porción, y después del vino. Pero te engañas... No podrás asumir este compromiso, ni si quiera, si alguien te tiende una mano amiga.
Todavía el mundo te retiene entre sus brazos, estas sujeto por demasiadas ataduras. No estas preparado para decir a todo lo que te rodea que eres cristiano, que eres evangélico.  Podría costarte todo aquello por por lo que tanto has luchado.
Si alguien te ha visto salir de la iglesia, dirás que es la fe de tus padres o tus abuelos. Sentirás dentro de ti la misma traición que Judas, la misma vergüenza que Pedro al negar a Jesus y lloraras con cada negación, con cada traición.
Te darás cuenta que eres un "Alejado".
Para los Alejados, el infierno se abre cada día al sonar el despertador y cada noche duermes en el.
Llorarás amargamente recordando tu niñez y tu años en la iglesia. Intentarás cantar una alabanza y tu voz se apagará mientras intentas recordar alguna de aquellas que habías cantado ciento de veces.
Tu corazón hablará con palabras mudas y su plegaria no podrá ser escuchada.
Llamarás por teléfono a aquellas personas con las que compartías tu fe, alguien de aquel grupo de jóvenes... y aunque se acuerden de ti para ellos ya eres un extraño.
Pasará el tiempo y una noche... te sentarás en tu cama, y es posible que,con lagrimas en los ojos, escribas algo parecido a esto con la intención de enviarlo a la iglesia que te vio crecer y te vio marcharte,  para que algún joven inconformista no siga tu pasos.
Yo soy un Alejado...