miércoles, 31 de agosto de 2011

Recomendaciones II

Hay poemas que, sin saber exactamente por qué, llegan al fondo del alma y una vez allí se acomodan y se instalan para siempre. De los muchos poemas que he tenido la suerte de leer de mi amigo, y tal vez también vuestro, Lorenzo Martínez Aguilar; es este sin duda unos de esos.
Lorenzo es de esa clase de escritores que lo mismo sondean y profundizan en las estanterías de una biblioteca, como en lo más recóndito de sí mismo en busca del conocimiento.
Comprometido con su tiempo y con la sociedad; deja fluir a través de su pluma (teclado del ordenador) el sentimiento haciendo un retrato en blanco y negro de cuanto lo rodea.
A veces pienso que, sin querer, su mente le dicta los versos mientras hablamos o tomamos una cerveza. Pero Lorenzo no es un escrito de pluma fácil. Detrás de cada verso, de cada frase, hay una profunda meditación para que los demás despertemos nuestras conciencias. Incluso cuando le escribe al amor lo hace con renglones torcidos.

Este poema pertenece a su libro “manual de invierno” y espero que lo disfrutéis tanto como yo lo hice.

VIENTO DEL NORTE

Caminaba yo por el norte del hombre
cuando me sorprendió la ventisca.
Los meteorólogos lo venían advirtiendo:
Las capas frías del viento del norte
traerán fuertes nevadas.

Mientras jugaban los chiquillos
a cabalgar sobre su montura blanca
con un griterío de bufandas coloradas
y una desazón de piernas inquietas,
yo, insensato acaso,
más serio, más inconsciente o más temerario,
me adentré por las palabras
y escribí en este manual:
frío, soledad, niebla, tormenta, reloj de invierno...

Cuando levanté la vista,
distinguía lo lejos los almendros solitarios.
Es la única flor que florece en invierno por estos contornos
y recuerda la primavera.
Me restregué su aroma Por los ojos
para olvidar el filo arisco del día.

Luego
me metí estos versos en el bolsillo de la chaqueta.
Al poco, sentí deslizarse por mi pecho
una culebra de agua,
su frialdad dura y blanca en forma de amenaza.

Y ahora no sé si me engañó el deseo,
si eran almendros o nieve lo que vi.
O soledad que me acusa en la tarde
de este invierno que jamás finaliza.

                                          Lorenzo Martínez Aguilar

sábado, 27 de agosto de 2011

Recomendaciones

Hoy quiero dejar aquí un poema. Es el poema que escribió mi amigo Vicente Pozas.

Junto a Vicente tuve la oportunidad y la suerte de trabajar unos años. A su lado descubrí la facilidad con la que lo más sencillo, lo mas cotidiano se convertía en poesía.
Vicente tiene un blog que se llama "la cuadrilla de las grullas" en este lugar podréis leer sus poemas. Os lo recomiendo.
Pondré un enlace al blog desde aquí para que sea mas fácil y rápido localizarlo.
Un abrazo y que lo disfrutéis.


       INSISTO

Puede que alguna vez volvamos,

y al mirarnos,
un instante,
acortemos las ausencias.
Hay razones para no intentarlo,
alejarnos del fuego,
huir de inviernos pegados.
Es hora de lavar los cuerpos,
ocultos de disculpas,
desangradas en este altar de ofrendas
al que hemos venido a rezar los últimos años.
Nos hemos vuelto invisibles,
el uno para el otro,
nos ignoramos en lo deseos reprimidos,
y a la vuelta,
lejanos de palabras,
los secretos más largos son bienvenidos.
No añoro,
ni defiendo,
en este no estar opaco,
de tolerancias acumuladas.
Cuando las intenciones no se tocan,
ni lo siento es disculpa,
mejor borrar los arrullos,
y abandonarnos,
aunque sea con silencios.-

Vicente Pozas

viernes, 19 de agosto de 2011

La generación “Scalextric”



Lo hicimos sin darnos casi cuenta. Era casi una cuestión de honor. Aún no había nacido y ya le habíamos comprado su “Scalextric”, tal vez porque nosotros nos quedamos sin él porque nuestros padres, ni podían, ni querían darnos todo cuanto pedíamos.

Sin darnos cuenta cambiamos el “Scalextric”, por un coche radio control porque era muy cansado aquello de tener que ir a colocar de nuevo el coche en el carril cada vez que se salía de la pista, mientras que nuestro niño sostenía el mando con fuerza, como si se lo fuesen a quitar.
Y sin darnos cuenta, cambiamos el coche radio control por un coche de carreras en la pantalla de una televisión; tal vez porque mientras tanto podíamos hacer nuestras cosas. Y así sin darnos cuenta, poco a poco dejamos de prestarles atención.
Y cambiamos un mando a distancia por otro inalámbrico. Después cambiamos la videoconsola por un ordenador, y este por un portátil para facilitar su movilidad y además añadimos un teléfono móvil de ultima generación con diez mil funciones entre las que se encuentran miles y miles de amigos cibernéticos a los que recurren para contarles que sus padres ya no están en su onda, en su vida, que están en otra dimensión.
Ahora nos quejamos de que se han perdido los valores, que ya nos les importa nada, que no sienten inquietudes… Otros van más allá y se sienten “indignados” o se identifican con este movimiento. Indignados con una sociedad que se lo ha dado todo y que no renuncian a nada.
Tienen sus necesidades básicas cubiertas y no quieren pensar en ese futuro incierto. Si no han colgado ya los estudios se preguntan para que tanto estudiar…
Nos oyen, pero ya no nos escuchan… Nos miran, pero ya no nos ven…
Quieren tener el control de sus vidas pero solo les falta cantar por los pasillos el estribillo de aquella canción de los Ronaldos:

“Adiós papá, adiós papá,
Consíguenos un poco de dinero más
Más dinero”

Ahora nos gustaría recuperar aquel momento en el recolocábamos el coche de carreras en la pista del Scalextric, tal vez en un intento desesperado de recolocarnos en sus vidas. Pero lo único que podemos hacer es lamentar aquellos momentos en el decidimos darles a nuestros vástagos todo aquello que a nosotros no pudieron o quisieron darnos y sin embargo (tal vez) no les hemos dado aquellos otros tesoros que recibimos de nuestros mayores.
Pero como nada es una regla preestablecida, y como cada regla tiene su excepción; seguro que una gran mayoría de nuestros jóvenes no se verán reflejados en lo anteriormente expuesto… ¡Enhorabuena!
También habrá una gran mayoría de jóvenes que “nunca han tenido un Scalextric”… pero esos pertenecen a otra generación.

Anotación final.-

El scalextric también puede sustituirse por: Ciclomotor, ropa de marca, y/o cualquier otro objeto que forme parte de esta “sociedad del bienestar”.


miércoles, 3 de agosto de 2011

Maestros


Después de algunas semanas sin dar señales de vida; tal vez por que el calor nos quita las ganas y tal vez porque todos nos merecemos un respiro; vuelvo a este mi lugar de retiro y opinión para compartir lo que para mi ha sido el tema de reflexión del verano.
A estas alturas de la vida uno se pregunta si hemos llegado a nuestra meta o si aún nos queda camino por andar. Y si hemos llegado… ¿Cómo lo hemos hecho?¿Qué y a quien hemos dejado en el camino?¿Estamos aquí fruto de una planificación o simplemente hemos llegado por haber elegido un camino concreto en un momento determinado?
Si hemos llegado, es posible que recordemos con orgullo los muchos sacrificios que hemos tenido que hacer, nuestra tenacidad  y nuestro afán de superación.
Pero con menor frecuencia uno se acuerda de aquellos momentos de flaqueza, de aquellos otros momentos de indecisión, sin saber que camino tomar y si sería el correcto.
Es posible que en lo mas recóndito de nuestra memoria se encuentren aquellas otras personas que ejercieron de "GPS" en nuestra vida, poniéndonos en la dirección correcta; pero de ellas nos acordamos menos.

Es curioso. Intento recordar los nombres de todos los profesores que pasaron por mi vida y no podría nombra ni una decena de ellos. Matemáticas, ciencias, lengua, literatura, historia, ni siquiera al de educación física con la manía que le tomé. Aquellos profesores, unos con mayor éxito y otros con menor suerte que consiguieron meterme en la cabeza el conocimiento de sus materias. Aquellos profesores, todos hombres, porque yo como muchos de vosotros hice la "E.G.B." en un colegio al que solo asistían niños, las niñas tenían su propio edificio y en los recreos solo podíamos mirarnos cada uno en su patio.
Aquellas personas que en mi memoria solo fueron parte de un proceso de aprendizaje académico del que ahora solo quedan anécdotas.
Sin embargo; en mi vida como posiblemente en las vuestras, si hubo "maestros" de los que aún hoy recuerdo perfectamente sus enseñanzas.
La Real Academia Española de la Lengua define así la palabra maestro: “Dicho de una persona o de una obra de mérito relevante entre las de su clase”.
Esos hombres, fueron relevantes en mi vida y hoy aún mantienen su mérito, porque no solo me enseñaron  los conocimientos de sus respectivas áreas; además me trasmitieron sus valores, me formaron como persona, me dieron esas otras lecciones, esa enseñanza de la que estaría y estaré examinando el resto de mi vida.
Si a estas altura de mi vida, he aprobado como persona… a ellos se lo debo.
Si después de que me valoren los demás, no obtengo ese aprobado… que me lo recriminen a mi, solo a mi, por no haber aprovechado aquellas enseñanzas.
Si; ellos fueron mis maestros:  D. Javier Martínez (el canario) y D. Fernando Noguero.
Con Javier, despues de buscarle durante meses porque ya esta jubilado, he podido compartir este verano unas horas y un café. Hace años que necesitaba agradecerle que cierto día, a cierta hora, estuviese en aquella encrucijada donde un chaval de 17 años, asustado, se quedaba paralizado ante la primera encrucijada de su vida. Quería agradecerle su paciencia, su método académico, cada unos de sus consejos, cada una de sus enseñanzas. reconocer que fue tan importante en mi vida que siempre hice lo que hice con la esperanza que algún día pudiera sentirse orgulloso de lo que había conseguido. Y sobre todo decirle todo esto en persona. Hoy con la satisfacción de ver su sonrisa y recibir su abrazo, solo lamento haber dejado pasar 30 años para hacerlo.
Por eso y por todos aquellos que aún no se han dado cuento de son lo son por alguna maravillosa persona, sirva esta reflexión para extender la gratitud a todas aquellas personas que han pasado por nuestras vidas como maestr@s.
Y aunque parezca un termino  taurino… solo quiero añadir: “Gracias Maestr@”.