jueves, 14 de febrero de 2013

El León y la bombilla. (cuento infantil... o tal vez no)

A todos nos llega la hora, a unos antes y a otros después, de tener que inventarse un cuento.
Cuando llega ese momento, es posible que nuestro subconsciente nos juegue una mala pasada y lo que comenzó siendo una historia para salir al paso, se convierta en una interpretación de la realidad.
Sin darme casi cuenta, este inofensivo cuento se convirtió en una reflexión sobre un concepto: la amistad.
Aquí os lo dejo, para su libre interpretación. ¡Quien sabe! hasta es posible que le encontréis otro significado distinto; al fin y al cabo habla de "relaciones personales"... Un abrazo.

El León y la bombilla

Erase una vez en una lejana ciudad, que su zoológico había dejado de oír los rugidos del león.
Aquel viejo león que ya nadie visitaba se durmió una noche de otoño y ya nunca despertó.
Por eso la dirección del zoo decidió buscar un nuevo león, mas joven, cuyos rugidos volviesen a emocionar a los niños y niñas que acudían a las instalaciones.
Por fin en un lugar remoto de la selva encontraron al ejemplar deseado. Una expedición fue a buscarlo y tras un largo viaje llegó al zoo dentro de una enorme caja.

Todo esta tranquilo en el gran zoo de la ciudad.
Todo esta preparado para el gran acontecimiento. Mañana es el gran día.
Los animales se asoman a sus jaulas y miran sorprendidos... De repente el canguro pregunta.

• Pero ¿Que es esa gran caja que han dejado el el recinto central?
• ¡Eso, eso! ¿que es esa caja?, repiten los demás animales.

La caja es de madera y tiene unos grandes carteles pegados pero ningún animal puede leerlos. ¡Los animales no saben leer!.
La caja es enorme y en lo alto tiene un agujero.
Dentro de la caja se despierta un nuevo vecino. Será sin duda la gran atracción del zoo.
Nadie los sabe todavía pero dentro esta... Tambo.
Tambo es un León de larga melena. Es el rey de la selva. Pero esta noche el gran felino está un poco raro.

• ummmmm que oscuro está esto; piensa el león . ¿Donde estoy?; tengo frío, tengo hambre, también tengo miedo, ¡ pero eso no se lo puedo decir a nadie!.

Si supieran que el gran Tambo tiene miedo, los demás animales me perderían el respeto y se reirán de mi.
Por aquel agujero de la caja entraba una rayito de luz. Tambo arrimo su cabeza al agujero y vio que procedía de una cosa pequeñita que brillaba mucho.

• Chssss, chsssss. ¿Tu que eres?, ¿Eres un sol pequeñito? ¿Eres una estrella fugaz?, preguntó en voz alta.
• ¿De donde viene esa voz?... Contesto la luz
• De aquí abajo, del cajón.
• ¿Y tu quien eres?
• Yo soy Tambo, el León.
• Pues yo no soy ni una estrella, ni un pequeño sol. Yo soy una bombilla - contestó con orgullo.
• Ah. ¿Y para que sirve una bombilla?
• Pues para esto, para alumbrar cuando se hace de noche, cuando está oscuro.   Gracias a mi, las personas tienen menos miedo.
• ¿Tu tienes miedo?
• Yo soy un León y los leones nunca tenemos miedo.
• ¿De verdad?, vamos a ver...

Y de repente la bombilla, con mucho esfuerzo, dio un giro a la izquierda. La caja se quedó en una zona totalmente a oscuras.
El León, repentinamente, comenzó a sentir una sensación extraña. Ahora no podía ver donde estaba, ni podía ver si alguien venia hacia la caja. Empezó a sentirse inquieto y dijo:

• Bombilla, bombilla, por favor ¿estas ahí?

Pero nadie contesta.

• Bombilla, bombilla, por favor dejame que te vea.
• Creo que te has asustado - contesto la bombilla
• Un león nunca se asusta. Somos los más fuertes.
Además en la selva cuando el sol se acuesta, sale una luna grande que lo ilumina todo. No,no he tenido miedo.
• De verdad? Vamos a repetir la oscuridad...
• No, no, espera, la verdad es que me he asustado un poco; pero prométeme que no se lo dirás a nadie.
• Vale, pero a cambio todos los días tendrás que darme las buenas noches con un fuerte rugido. ¡ Es tan difícil tener amigos en el zoo!. Tal vez así los demás animales también se den cuenta de que estoy aquí.- pensó la bombilla.
• Si me acompañas toda la noche haré algo más. Mañana cuando me saquen de aquí, rugiré tan fuerte mirándote, que todo el zoo se dará cuenta de que estás aquí y de que eres mi amiga. ¿Vale?.

El León esa noche volvió a dormirse plácidamente porque confiaba en aquel rayo de luz que entraba por el agujero y sabía que, cada noche, podría asomarse a su reja ver lo que ocurría en el zoo.
La bombilla paso la noche sonriendo. Por primera vez había conseguido un amigo.
A la mañana siguiente, cuando el zoo estaba lleno de niños y niñas... Soltaron al León en su zona.
Entonces; se oyó en toda la ciudad un gran rugido. Era el saludo de Tambo a su amiga la bombilla.
Desde aquel día nadie comprendía porque la farola del recinto del león era la primera en encenderse de todo el Zoo. Y tampoco nadie sabia porque al anochecer el león se situaba siempre baja aquella farola.
Y antes de retirarse a dormir... Toda la ciudad oía el rugido del león que decía :

• Buenas noches bombilla
• Buenas noches león.