Primero fueron otros quienes poco a poco con nocturnidad y alevosía fueron suprimiendo servicios; ahora es el gobierno del PP quien quiere suprimir los trenes de medio recorrido. Poco a poco irán partiendo hasta la estación Recuerdo, antes de quedar en una vía muerta de la estación Olvido.
Y es precisamente ahora antes de que se quede parado en su última estación; cuando quiero echar la vista atrás y rendir homenaje al tren.
El tren, ha estado presente en poemas, canciones, películas, etc. Unas veces se ha utilizado como símbolo de libertad y rebeldía, otras como metáfora del amor y relaciones personales; ¿Cuantas veces nos hemos referido a una situación laboral o personal como "el ultimo tren"? En otras ocasiones el tren ha sido símbolo de huida hacia adelante; vagabundos en viejos vagones, viandantes de estación en estación.
De una forma u de otra el tren siempre ha formado parte de nuestras vidas; directa o indirectamente siempre ha estado ahí.
Si hoy quiero rendir homenaje a los trenes de Victor Manuel.
A ese viejo tren de madera...
"Cuántas ilusiones lleva a la ciudad
ese tren tan viejo que no puede andar.
ese tren tan viejo que no puede andar.
Viaja un cura gordo y un guardia civil,
hay un túnel largo que no tiene fin,
una brava moza quiere prosperar,
buscará trabajo en la gran ciudad"

o al run run del tren de chapa, símbolo del progreso y la industrialización de nuestro Pais...
"Por el camino de Mieres
ya no me despierta al alba
el run run del tren de chapa,
la sirena de la fábrica.
No dejaron ni migajas
de los años de abundancia."
Atrás quedan los años en los que anunciaban su entrada por los andenes principales de la estación. Años en los que su nombre se pronunciaba con orgullo por los altavoces del anden: Tren expreso con destino a...
Antes todo iba mas despacio, aquellos viejos trenes a los que, entre el cariño y el desprecio, apodaron "borregueros", salían siempre de noche, rumbo a cualquier lugar, a cualquier estación, mientras que se alejaban despacio de las estaciones.
Poco a poco, daba tiempo a clavar los ojos en las ventanillas y ver, lentamente, todo aquello que se dejaba atrás, todo iba despacio; los recuerdos; las lagrimas...
Después en la penumbra de un compartimento con puertas corredera, asiento recto tapizado en plástico, frente a frente con los compañeros de viaje y con las maletas sobre nuestras cabezas; iniciábamos nuestro viaje.
En el mejor de los casos podíamos conciliar el sueño, sino siempre quedaba el recurso de iniciar una conversación y en el peor de los casos salíamos al pasillo acompañados solamente por nuestra tristeza, dejando perdida nuestra mirada sobre el horizonte, esperando la luz de otra estación, en otro anden donde compartir con un gesto de complicidad las alegrías o tristezas de personas desconocidas; dependiendo si se tratase de recibimientos o despedidas.
Y poco a poco, con la lentitud que le caracterizaba, el tren dejaba atrás la noche; las luces de las estaciones iban dejando paso al alba; y con ella llegaba la estación destino.
"Le chemin de fer", el camino de hierro, como le llaman los franceses. Un camino hacia un lugar en la mayoría de ocasiones conocido y en otras hacia una estación con transbordo a una nueva vida.
Aquel viejo tren ha transportado las ilusiones de miles de españoles en su viaje en busca de "el dorado europeo". Hoy nuestro hijos también buscan ese "dorado" pero viajan en avión. Es la sociedad de la información, de los idiomas, de las prisas, del mañana es tarde.
Aquellos viejos trenes sin prisa, ahora compiten con otros medios haber quien llega antes. Ya nadie les llama por su nombre, TREN. Es antiguo, es arcaico, han perdido su nombre y solo conservan su apellido. Ahora se les llama AVE, ALTARIA, TALGO, etc. Pero el fondo siguen por "le chemin de fer".
No, ya no quedan trenes. Les hemos sustituido por coches, autobuses, aviones... por rentabilidad y tiempo.
Ya casi nadie se acuerda de aquellos trenes a los que llamaban "correo" y transportaban lo que su nombre indicaba... Historias, mil historias distintas, extraídas del corazón de las personas. Pero ya no quedan trenes, ni quedan cartas. Ahora solo quedan AVE y Email, wassap, etc.
En el año 1986 por la estación Linares Baeza (Jaén) pasaban alrededor de cien trenes diarios entre mercancías y viajeros. Ahora las pocas lineas de viajeros que permanecen en activo duermen cada día bajo la amenaza de su desaparición. Los servicios de largo recorrido hace tiempo que comenzaron a perderse; ahora es el turno de los demás.
"Ya llegó el último viaje para el viejo tren
Y abandonado
Duerme su vejez y llora sus desengaños
En un andén.
Le ven llorar."
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