viernes, 19 de agosto de 2011

La generación “Scalextric”



Lo hicimos sin darnos casi cuenta. Era casi una cuestión de honor. Aún no había nacido y ya le habíamos comprado su “Scalextric”, tal vez porque nosotros nos quedamos sin él porque nuestros padres, ni podían, ni querían darnos todo cuanto pedíamos.

Sin darnos cuenta cambiamos el “Scalextric”, por un coche radio control porque era muy cansado aquello de tener que ir a colocar de nuevo el coche en el carril cada vez que se salía de la pista, mientras que nuestro niño sostenía el mando con fuerza, como si se lo fuesen a quitar.
Y sin darnos cuenta, cambiamos el coche radio control por un coche de carreras en la pantalla de una televisión; tal vez porque mientras tanto podíamos hacer nuestras cosas. Y así sin darnos cuenta, poco a poco dejamos de prestarles atención.
Y cambiamos un mando a distancia por otro inalámbrico. Después cambiamos la videoconsola por un ordenador, y este por un portátil para facilitar su movilidad y además añadimos un teléfono móvil de ultima generación con diez mil funciones entre las que se encuentran miles y miles de amigos cibernéticos a los que recurren para contarles que sus padres ya no están en su onda, en su vida, que están en otra dimensión.
Ahora nos quejamos de que se han perdido los valores, que ya nos les importa nada, que no sienten inquietudes… Otros van más allá y se sienten “indignados” o se identifican con este movimiento. Indignados con una sociedad que se lo ha dado todo y que no renuncian a nada.
Tienen sus necesidades básicas cubiertas y no quieren pensar en ese futuro incierto. Si no han colgado ya los estudios se preguntan para que tanto estudiar…
Nos oyen, pero ya no nos escuchan… Nos miran, pero ya no nos ven…
Quieren tener el control de sus vidas pero solo les falta cantar por los pasillos el estribillo de aquella canción de los Ronaldos:

“Adiós papá, adiós papá,
Consíguenos un poco de dinero más
Más dinero”

Ahora nos gustaría recuperar aquel momento en el recolocábamos el coche de carreras en la pista del Scalextric, tal vez en un intento desesperado de recolocarnos en sus vidas. Pero lo único que podemos hacer es lamentar aquellos momentos en el decidimos darles a nuestros vástagos todo aquello que a nosotros no pudieron o quisieron darnos y sin embargo (tal vez) no les hemos dado aquellos otros tesoros que recibimos de nuestros mayores.
Pero como nada es una regla preestablecida, y como cada regla tiene su excepción; seguro que una gran mayoría de nuestros jóvenes no se verán reflejados en lo anteriormente expuesto… ¡Enhorabuena!
También habrá una gran mayoría de jóvenes que “nunca han tenido un Scalextric”… pero esos pertenecen a otra generación.

Anotación final.-

El scalextric también puede sustituirse por: Ciclomotor, ropa de marca, y/o cualquier otro objeto que forme parte de esta “sociedad del bienestar”.


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